Intervención de Alberto García, en nombre de Unión Proletaria, en la Conferencia de la Plataforma Mundial Antimperialista, celebrada de Caracas en Marzo de 2023.
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Queridos camaradas antiimperialistas.
En nombre de la organización marxista-leninista Unión Proletaria, a la cual represento, debo mostrar nuestro agradecimiento al darnos la oportunidad de participar en esta Cumbre Internacional contra el Imperialismo de EEUU y la OTAN.
El imperialismo actual es el capitalismo monopolista convertido en un sistema internacional de países jerarquizados bajo la dominación de Estados Unidos.
Unos pocos son netamente explotadores. La mayoría son explotados, y de estos últimos, cada día son más los que resisten y se enfrentan a éste sistema unipolar. Estos países están encabezados por aquellos que se industrializaron y fortalecieron gracias al socialismo, como Rusia, China, RPD De Corea, Cuba, Vietnam, etc.
El sistema capitalista de las potencias explotadoras las conduce a una crisis económica cada vez más agudas. En primer lugar, reforzando la explotación y opresión sobre sus trabajadores y también sobre el resto de naciones y, en segundo lugar, mediante una pugna creciente entre estas potencias, los monopolios capitalistas tratan de aumentar la transferencia de valor en su favor para compensar la caída de la tasa de ganancia y el endeudamiento. La resistencia a esta sobreexplotación es respondida política y militarmente por Estados Unidos mediante chantajes, sanciones, bloqueos y agresiones. Hasta hace poco, había una acción mancomunada y beneficiosa para todo el llamado Occidente colectivo (OTAN, Unión Europea, AUKUS). Pero desde el auge económico de China, la resistencia político-militar de Rusia y la formación de nuevas alianzas con estos países, EEUU presiona duramente sobre sus aliados y hace valer su firme dominio sobre ellos. En un futuro no muy lejano, esto derivará en una agudización de las contradicciones entre las potencias imperialistas dominantes, ya que sus pueblos estamos comenzando a sufrir las consecuencias y se acelerará este proceso.
La actual guerra de Rusia contra el régimen golpista y fascista ucraniano ha sido provocada y es conducida por EEUU, que está al frente de la OTAN. El objetivo de la superpotencia norteamericana es adueñarse de Rusia y, a muy corto plazo, debilitarla para así poder apretar el yugo sobre los países oprimidos, adquirir a bajo precio los recursos rusos y frenar el desarrollo económico de China.
Aunque EEUU no desea una guerra nuclear, sino mantener su dominio y explotación del resto del mundo, sí demuestra estar dispuesto a jugar con fuego y colocarnos al borde del abismo al cual la humanidad podría precipitarse por cualquier contingencia casual. La avaricia del capital monopolista de EEUU es un peligro para la misma supervivencia humana.
La hipótesis de una sustitución del “amo yanqui” por el dominio ruso del mundo, en caso de una victoria de la Rusia capitalista, es una hipótesis imprecisa y muy alejada de la realidad presente.
La formación del actual mundo todavía unipolar fue causada por el hundimiento de la Unión Soviética y del campo socialista, previamente debilitados por la expansión del revisionismo en el movimiento comunista internacional. La principal base objetiva del revisionismo es el soborno de la capa superior de la clase obrera con una parte de los superbeneficios arrancados por los monopolios de las grandes potencias imperialistas a los trabajadores del resto del mundo. El fortalecimiento de estas potencias lleva, por tanto, al debilitamiento del movimiento obrero en estas ya la mayor opresión sobre otros pueblos. Y, a la inversa, el debilitamiento de las potencias imperialistas favorece las revoluciones proletarias y democrático -nacionales. De este debilitamiento depende, por ejemplo, la suerte de la hermana República Bolivariana de Venezuela.
En el presente, la causa de la paz, la democracia y la libertad nacional de los pueblos está obligatoriamente unida al éxito de la Operación Militar Especial de la Federación Rusa. Todos los trabajadores y pueblos del mundo que deseen ser libres deben promover la lucha contra el imperialismo yanqui y el apoyo a la Federación Rusa. La victoria de ésta abre una ventana de oportunidad para renovar el camino de la revolución proletaria mundial que libere a la humanidad del yugo del capital.
Sin embargo, esto no es suficiente para que esta oportunidad se convierta en realidad: también es indispensable desarrollar el factor subjetivo de la revolución. La mayor contribución que los partidos comunistas podemos hacer al Frente Mundial Contra el Imperialismo es ganarnos a las masas, ante todo a los obreros, mediante un persistente proceso de bolchevización de nuestra actividad, en correspondencia con la realidad concreta de nuestros tiempos y países.
Las crisis que claramente son producto del sistema capitalista/imperialista -económica, hambruna, ambiental y demás- hacen que sea cada día más urgente acabar con este sistema económico imperialista y reemplazarlo, mediante la acción revolucionaria, por el sistema económico en el que los medios de producción y el Estado sean de la clase obrera, de los trabajadores.
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