Unión Proletaria

30 de abril de 2019

Tras unas intensas elecciones generales, llega este 1º de Mayo de 2019, un día para valorar la lucha por nuestras reivindicaciones como clase obrera. Hemos conseguido frenar con nuestros votos la conquista del gobierno español por las fuerzas capitalistas más agresivas. Poco más podíamos conseguir dada nuestra actual debilidad en conciencia y en organización.

La tasa de paro es todavía del 14%, la mayoría de nuevos contratos son temporales (87%) y alrededor del 47% de quienes trabajan viven en permanente riesgo de exclusión social al ganar menos de 1000€. Nuestras pensiones siguen en la cuerda floja, los recortes sin revertirse (reformas laborales, ley mordaza…), los servicios sociales sin recursos públicos suficientes y privatizando los que son rentables, fondos buitres elevando los alquileres y promoviendo más desahucios, represión contra quienes luchan por mejores condiciones salariales y laborales, etc. El gran capital nacional e internacional prepara nuevas exigencias al futuro gobierno: éste tendrá que colocar 800 mil millones de deuda pública y los compradores de ésta exigirán menores costes laborales y fiscales; la deuda pública española está muy cerca del 100% del PIB anual y el presidente del BCE, Mario Draghi, ya recordó el pasado 29 de enero en el Parlamento Europeo que «un país con la deuda demasiado elevada pierde soberanía». Para remate, la economía capitalista mundial va camino de una nueva crisis.

Estas exigencias van a generar resistencia por parte de la clase obrera. Para quebrarla, el gran capital está volviendo a alimentar la bestia del fanatismo fascista con campañas mediáticas masivas, orquestadas con vastos recursos financieros y mucha ingeniería social, que infunden el miedo y el odio dirigidos a dividir a los trabajadores y a desorientarnos de quién es el verdadero enemigo de nuestros intereses vitales.

La fuerza de la derecha y del fascismo en España no radica en la mayoría, sino en la organización que le proporciona el dinero de los capitalistas, el aparato estatal burgués heredado del franquismo y las estructuras imperialistas dirigidas por EE.UU., de las que España forma parte (OTAN y Unión Europea). Concretamente, los movimientos de derechización de estos últimos tiempos no tienen origen nacional ni europeo, sino que han sido alimentados desde el imperialismo norteamericano.

Un gobierno de PSOE y Unidas Podemos podría aliviar en algo esta situación, pero, en el mejor de los casos, ¿hasta cuándo? ¿Qué harán estos partidos cuando los grandes capitales se salten los límites que van a intentar imponerles? Habrá que cambiar, de una vez por todas, el paradigma de la economía, para que ésta pase de ser dirigida por intereses privados, a ser una economía planificada según las necesidades del pueblo en conjunto. Pero esa izquierda no quiere luchar contra el capitalismo y por el socialismo.

Si queremos salir de la dinámica pendular y regresiva de sufrir pérdidas rápidamente y recuperar luego lentamente sólo una parte de lo perdido, los obreros no podemos depender de otras clases sociales y de otros partidos. Debemos elevar nuestra conciencia de clase, organizarnos en base a ella y recuperar la dirección de nuestros sindicatos para acabar con la nefasta «concertación social» que nos somete a los intereses de los explotadores. En definitiva, tenemos que volver a la lucha de clases. La lucha por lo inmediato y la lucha por liberarnos de la esclavitud capitalista están íntimamente ligadas.

Para esto, necesitamos reunificar nuestras pequeñas organizaciones en un gran partido político obrero, armado con el bagaje de 150 años de experiencia de lucha y con la teoría revolucionaria que la guió: el marxismo-leninismo. Nuestros enemigos burgueses nos derrotaron desde dentro de nuestras filas y, desde entonces, no han parado de falsear y denigrar nuestra historia. Pero la realidad es tozuda: con los principios revolucionarios, la clase obrera conquistó el poder político en un tercio del planeta, convirtió a países atrasados y dependientes en países desarrollados y soberanos, alcanzó mejoras sociales que obligaron a los capitalistas de aquí a copiarlos, liberó a la humanidad del nazi-fascismo en la II Guerra Mundial y evitó una tercera guerra mundial; pero, desde que los principios revolucionarios fueron pisoteados, estamos perdiendo todo lo que habíamos conseguido con ellos.

Por ahora, 5 organizaciones comunistas –Iniciativa Comunista, Partido Comunista de España (marxista-leninista), Partido Comunista de los Pueblos de España, Red Roja y Unión Proletaria- ya hemos comenzado este proceso de clarificación y unidad, retomando el diálogo y la acción conjunta sobre la base de nuestra común adhesión al marxismo-leninismo. Devolveremos a las masas proletarias la conciencia de su verdadera historia, analizaremos las causas de nuestra pasada derrota, reformularemos el programa político revolucionario a la luz de toda esta experiencia hasta nuestros días, apoyaremos prácticamente las luchas obreras y democráticas elevando ideológicamente a sus participantes hasta posiciones revolucionarias, completaremos la unión del proletariado y le devolveremos la confianza en sus fuerzas, en su capacidad de llevar hasta el fin la reorganización comunista de la sociedad.

¡Viva la lucha de la clase obrera!

¡Hacia la unidad obrera y popular, por la República democrática y el socialismo!