La OTAN es el principal enemigo de los trabajadores y de los pueblos

[Hoja de Unión Proletaria para la manifestación del 26 de junio contra la cumbre de la OTAN].

La pertenencia de España a la OTAN nos convierte en objetivo militar en caso de guerra mundial. Contra la decisión del pueblo expresada en el referéndum de 1986, los sucesivos gobiernos nos metieron en la estructura militar de esta Alianza, seguimos teniendo bases extranjeras en nuestro suelo y quién sabe si también sus armas nucleares.

Después de que las potencias occidentales -dominadas por Estados Unidos a través de la OTAN y la Unión Europea- invadieran Irak, Yugoslavia, Afganistán, Libia, Siria, etc., matando millones de personas, van directamente a por Rusia, poniendo en peligro la vida humana sobre el planeta. Claro que los grandes medios de comunicación nos cuentan que es Rusia quien ha invadido Ucrania y que Occidente sólo ayuda a este país a defenderse. Después de haber censurado los medios rusos, pocos saben que la OTAN ha crecido hasta las fronteras de Rusia, que acapara la mayor parte del gasto militar del planeta, que promovió un golpe de Estado nazi en Ucrania en 2014, que el nuevo gobierno títere de Kiev persiguió y masacró a la población de habla rusa negándole la más mínima autonomía, que el país fue militarizado hasta dotarlo del segundo ejército más numeroso de Europa y, en definitiva, que Occidente está embarcado en una guerra hipócrita pero real contra Rusia y China.

Después de la pandemia, culpan ahora a Putin de cómo empeora la vida de los trabajadores, con un brutal encarecimiento de los artículos básicos que, por cierto, comenzó mucho antes de la intervención rusa. Mientras nos reclaman sacrificios por Ucrania, las 35 mayores empresas obtienen 57.797 millones de euros de beneficios, la cifra más alta de su historia. Lo que hay realmente es una crisis y un declive del capitalismo occidental frente a nuevas potencias económicas y también militares. Éste intenta desesperadamente recuperarse a base de armamentismo, de sanciones, de bloqueos, de hundir a los pueblos europeos para salvar la dominación yanqui, de represión.

¿Qué es lo que nos impide salir en masa a luchar por nuestros salarios, por la paz, contra el imperialismo?

En primer lugar, los dirigentes políticos y sindicales de los trabajadores llevan décadas destruyendo su conciencia y organización de clase, al imponerles los intereses contrarios de los capitalistas y al ocultar el comportamiento imperialista de éstos hacia otros países. Los de Unidas Podemos ni siquiera se han atrevido a forzar una crisis de gobierno contra la celebración de esta Cumbre de Madrid en la que la OTAN va a planificar una nueva guerra mundial.

En segundo lugar, la lucha contra estos dirigentes se hace mal cuando rompe la unidad de los obreros, así como la unidad de éstos con el movimiento de liberación de las naciones oprimidas y atacadas por el imperialismo. Es el caso de quienes acusan de imperialista a Rusia y a China… ¡porque se convirtieron en potencias capaces de defenderse, precisamente gracias a sus revoluciones socialistas!

Y, en último lugar, también los comunistas más consecuentes estamos perjudicando la movilización obrera y popular al mantener nuestra actual dispersión política y organizativa. Así, no podemos desplegar una educación socialista de los obreros, vamos a la zaga de los acontecimientos y del movimiento espontáneo, nuestra práctica es artesanal, gastamos nuestro tiempo en interminables sesiones de coordinación entre nosotros en detrimento de la atención a las masas. Debemos asumir el reto -muy difícil, pero indispensable- de organizar nuestras fuerzas en un único partido proletario, por medio de la clarificación política, tanto estratégica como táctica.

Llamamos a quienes comprendan esta necesidad a que se sumen a la lucha de Unión Proletaria por la reconstitución del Partido Comunista.

Madrid, 26 de junio de 2022