Unión Proletaria

Domingo 14 de Abril de 2019

La situación de la mayoría trabajadora no deja de empeorar: en lo económico, a pesar del crecimiento de los beneficios empresariales en los últimos años; y en lo político, al mantenerse las reformas laborales del PSOE y del PP, el Pacto de Toledo contra las pensiones públicas, el mandato constitucional que privilegia a los acreedores financieros, la ley mordaza, la penalización del derecho de huelga, la ley de amnistía para los criminales franquistas, etc., y al seguir negando el derecho del pueblo a decidir sobre monarquía o república, sobre el derecho a la autodeterminación de las nacionalidades, etc.

Por consiguiente, la política de gestos y paliativos, practicada por el PSOE y apoyada por Unidos Podemos y sus convergencias, se ha mostrado subordinada a los intereses del gran capital que domina la economía. El PSOE promete defender a las clases trabajadoras y la democracia, pero defiende realmente las ambiciones explotadoras e imperialistas de la clase capitalista (por ejemplo, la violación flagrante de la soberanía nacional de Venezuela). En cuanto a los dirigentes de Unidos Podemos, sus propuestas de fortalecer el carácter social y democrático del Estado son necesarias, pero han quedado reducidas a su mínima expresión por su permisividad con los incumplimientos del gobierno de Pedro Sánchez y por su desprecio hacia el movimiento obrero y el comunismo.

El programa de la clase capitalista

La crisis general y estructural del capitalismo empuja a los grandes empresarios de todos los países a librar una feroz competencia por la rentabilidad de sus crecientes inversiones. Y más, con la nueva recesión que se acerca. Para esto, tienen que abaratar los costos: suprimiendo la estabilidad laboral, intensificando los ritmos de trabajo, prolongando la jornada y la vida laboral, reduciendo el salario real, las pensiones y los servicios públicos que se van convirtiendo en negocios suculentos para ellos, despidiendo y enviando al desempleo a millones para quebrar la solidaridad obrera, encareciendo la vivienda y otros bienes de consumo imprescindibles, etc.; y también hacen lo posible por saquear a los países productores de materias prima, apoyándose en estructuras imperialistas como la UE y la OTAN.

Procuran conseguirlo, primero, por medio del engaño: a través de los medios de comunicación que les pertenecen, que distorsionan la información y que promueven a unos representantes políticos que traicionan sus promesas a los electores a cambio de participar, ellos también, en el botín de la explotación de la mayoría trabajadora. Pero como ésta se va dando cuenta, tratan de desviar nuestra atención y nuestra rabia hacia chivos expiatorios, dividiéndonos y enfrentándonos unos con otros: trabajadores en activo contra jubilados y parados, fijos contra eventuales, nacionales contra inmigrantes, cristianos contra musulmanes, blancos contra negros, españoles contra catalanes, etc. Con sus “reformas estructurales”, nos empujan al empobrecimiento y al fanatismo para usarnos como carne de cañón contra otros pueblos cuando su afán de lucro así lo exija. De ahí que den cobertura financiera y mediática a Vox, un partido de la ultraderecha descarada. Es el camino del fascismo y de la guerra que ya hemos sufrido y que debemos rechazar.

El programa de la clase obrera

Para hacerles frente, lo primero que necesitamos es respetarnos, comprendernos y apoyarnos entre nosotros. Pero también debemos entender que la deriva fascista es un producto inevitable de la profunda crisis del capitalismo, que se hace cada vez más difícil la colaboración entre clases y la democracia burguesa y que sólo podemos mejorar si tomamos medidas «estructurales» hacia el socialismo: cambiar de una vez por todas el paradigma de la economía, para que ésta pase de ser dirigida por intereses privados a ser planificada según las necesidades del pueblo en conjunto.

Es lo que estamos haciendo 5 organizaciones comunistas que hemos comenzado un proceso de unidad de acción hacia la reconstrucción del partido político de la clase obrera y el fortalecimiento del movimiento obrero en general, subordinando la lucha electoral y parlamentaria a la movilización popular. Sólo la unidad nos dará la fuerza de masas que obligue a los demócratas pequeñoburgueses a seguir el camino de la lucha contra la oligarquía o a perder su base social en favor de las fuerzas revolucionarias.

Por ahora, tanto el proletariado como las masas democráticas del pueblo, estamos muy debilitados y retrasados en relación con la oligarquía imperialista. Así, en las recientes elecciones autonómicas de Andalucía, el electorado progresista defraudado optó por abstenerse, dando con ello involuntariamente la victoria al tripartito reaccionario PP-Ciudadanos-Vox. Tuvo toda la razón al perder la confianza en la “izquierda” sumisa, pero se equivocó al dejar vencer a la reacción. Lo pagaremos caro si esto se repite en estas próximas elecciones. Los comunistas somos los primeros responsables de este desastre porque, durante demasiados años, hemos convertido nuestras diferencias mutuas en un impedimento para actuar conjuntamente al servicio de las masas obreras y populares.

La táctica electoral necesaria

Mientras la reorganización del movimiento obrero echa a andar, necesitamos ganar tiempo y contener todo lo posible el ritmo de fascistización en todos los ámbitos, también con nuestra participación en la lucha electoral y parlamentaria.

Por esta razón, Unión Proletaria llama a las masas obreras y comunistas a luchar contra los partidos políticos –Vox, Partido Popular, Ciudadanos y también el PSOE- que defienden y agravan los límites antidemocráticos y antiobreros que el franquismo impuso al régimen constitucional del 78. Necesitamos alcanzar una verdadero «punto y final» con el régimen anterior, y no un «punto y seguido» como ha demostrado ser el actual.

Mientras tanto, Unión Proletaria llama a las masas obreras y comunistas a votar, sin falta, por las candidaturas revolucionarias y reformistas, obreras y pequeñoburguesas, aunque las primeras no tengan respaldo suficiente para conseguir escaños y aunque las segundas no actúen con la firmeza necesaria en el parlamento. El mayor número posible de diputad@s y concejal@s reformistas (Unidas Podemos, ERC, EH Bildu, Municipalistas, etc.) y una multiplicación del número de votos para los partidos revolucionarios (PCPE, PCOE, PCTE, etc.) es el mejor resultado que puede dar hoy la lucha electoral de clases, para reabrir el camino hacia la República democrática y la revolución socialista.

¡Viva la lucha de la clase obrera! ¡Por la República democrática y el socialismo! ¡Viva la unidad de los comunistas!