Por la paz y la neutralidad de España

Unión Proletaria

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EE. UU. nos empuja a la guerra mundial. De Ucrania a China.

Estados Unidos (EE.UU.) es hoy, más que nunca, el principal enemigo de la Humanidad hasta estar amenazando la existencia de la vida misma en nuestro planeta. El riesgo de guerra nuclear es alto, siendo los países más expuestos Rusia, Ucrania y toda la UE, mientras EE. UU. lo es mucho menos. Con epicentro en Ucrania, la OTAN planeaba una guerra nuclear contra Rusia según su ex primer ministro[1]. También su actual presidente Zelensky ha sugerido recuperar los arsenales nucleares revisando los acuerdos de Budapest. Mientras, en Japón se debate de nuevo la conveniencia de posesión de armamento nuclear apuntando a Corea y China[2] desarrollando esta guerra hacia un peligroso alcance mundial.

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EE. UU. amenaza la seguridad de Rusia

Es la OTAN de EE. UU. que se ha expandido seis veces (1990 Alemania reunificada. 1999 Rep. Checa, Hungría y Polonia. 2004 Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. 2009 Albania y Croacia. 2017 Montenegro y la posibilidad actual de Ucrania) violando los acuerdos con la URSS en el proceso de disolución de esta en materia de seguridad entre ambos. La amenaza y violación permanente a la seguridad nacional ha sido durante más de 30 años de EE. UU. hacia Rusia hasta arrinconarla y llevarla a un callejón sin salida. Para ello ha contado con todo el apoyo de nuestros gobiernos vendepatrias europeos.

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La balcanización de Ucrania contra Rusia y los riesgos en la UE

El proceso de balcanización de Ucrania obedece a los planes imperialistas exclusivamente de los EE. UU. frente a la alianza de Rusia y China, que ha permitido a Rusia recuperar su status de potencia militar y a China de gigante económico. Cambios globales que EE. UU. no está dispuesto a tolerar, fracasados los medios pacíficos, interviene configurando escenarios de guerra, que en momentos de crisis imperial siempre alcanzan magnitudes de alcance global, de guerras mundiales.

La balcanización de Ucrania es posible que se reproduzca en los países bálticos como Estonia o Letonia, donde la minoría rusa siguen estando excluidos de ciudadanía y voto[3]. El riesgo de ucranización o balcanización de otras repúblicas europeas con minorías rusas es muy alto. EE. UU. está demostrando hasta dónde es capaz de llegar: primero azuzando golpes de estado como el Euromaidán, donde una plaza militarizada es capaz de suplantar la soberanía nacional de todo un país. Segundo, apoyando junto a la UE gobiernos capaces de enviar batallones de voluntarios nazis de inspiración banderista[4] para sitiar y ejecutar un plan de limpieza étnica a la minoría rusa de Ucrania: en Odessa, Crimea y en Donbass, donde la guerra comenzó en 2014, con Kiev asesinando civiles a diario. Tercero, ante tales provocaciones a Rusia, haciendo creer al gobierno de Kiev que contaba con el respaldo absoluto, incluyendo el militar. Cuarto, provocando a Rusia con la sexta expansión de la OTAN iniciando la incorporación de Ucrania, conocida línea roja para Moscú al igual que la otra república eslava Bielorrusia. Séptima, desatada la guerra y a sabiendas que Kiev será incapaz de expulsar por sí solo al ejército ruso, es capaz de inundar el país de milicias yihadistas, convirtiendo Ucrania en otro Afganistán.

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EE. UU. solo tolera vasallos o soberanías decadentes

Estados Unidos solo es capaz de tolerar una Rusia igual de vasalla que la UE o igual de decadente que la de Yeltsin. En Europa, el Brexit ha servido para fortalecer a Washington en detrimento de Europa desde el momento que países como Alemania desde 2011 fortalecieron posiciones económicas con proyectos como los proyectos Nord Stream 1 y 2. EE.UU. resucita y fortalece la OTAN, busca justificar su reciente salida del tratado de control de armamento nuclear[5] así como el aumento de estas en suelo europeo.

Una vez más, la UE es la clave política a la dominación norteamericana apuntalada por la ocupación militar demuestran que Europa es un campo de minas norteamericano. Por el momento, EEUU ha conseguido liquidar total o parcialmente los más de 300 mil millones de intercambios comerciales entre la UE y Rusia, asestando un durísimo golpe a las economías nacionales de cada uno de los estados miembros. Lo vergonzoso no es tanto la UE, sino que ninguno de sus gobiernos haya protestado enérgicamente. Una vez más, somos los comunistas quienes denunciamos ante las masas a nuestros gobiernos y a la extrema derecha, ambos igual de vendepatrias alineados con Washington. La clase obrera, sin Partido Comunista fuerte y una socialdemocracia en bancarrota deja vía libre a nuevos gobiernos de extrema derecha. El riesgo de nazificación de Europa es alto.

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La bancarrota de la socialdemocracia abre el camino a la nazificación

Como en toda guerra, lo irracional se apodera del entendimiento: la xenofobia en forma rusófoba que durante décadas de guerra fría cultivaron EE. UU. y Europa, además del socialchovinismo de una izquierda por su adicción institucional y miedo a las masas. Tras las declaraciones de la vicepresidenta Yolanda Díaz manifestando su total apoyo al envío de armas anunciado por el presidente Pedro Sánchez, queda claro que su proyecto de Frente Amplio en lugar de disputar y atraer al electorado obrero socialista buscaba la atracción institucional “por arriba” al PSOE periclitando cualquier posible apoyo desde fuera de las fuerzas comunistas.

Una opinión mal llamada “pública” que en realidad es corporativa del gran capital y voceros de los servicios de inteligencia han estado configurando un pensamiento y discurso único: la globalización neoliberal y eurocentrismo atlantista. El único país que mantiene corresponsales en zonas de guerra es Rusia, mientras los de occidente se ubican en la frontera polaca y el centro de Kiev, sin presencia militar.

La vieja y nueva socialdemocracia han cometido un gravísimo error apoyando las sanciones a Rusia. La rusofobia que hoy alientan se les puede volver en contra: se avecina una escalada inflacionista que, unida a la carestía y ruptura de la cadena de suministros anuncia un shock social sin igual en muchas décadas. Sin socialdemocracia y sin un fuerte partido comunista ¿quiénes capitalizarán el movimiento de desengaño con la UE y sus gobiernos vendepatrias? La extrema derecha que hoy defiende la guerra de EE. UU., pasado mañana se presentará defensora de nuestra patria.

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¿Pueden los comunistas europeos y rusos defender distintas posiciones y al mismo tiempo justas? Sí

Defendiendo siempre la independencia de nuestra clase obrera como nos enseñaron Marx y Engels, el proletariado, según el desarrollo histórico puede necesitar de alianzas muy distintas en un mismo momento pero en distinto lugar. Así, era justo que en el s. XX, en el centro imperialista de Europa occidental, donde el capitalismo industrial estaba más desarrollado, la vanguardia proletaria se propusiera alcanzar el socialismo sin ningún tipo de alianza con la burguesía ni con el campesinado. Pero esto no era correcto en el mismo tiempo y distinto lugar en la periferia imperialista de Rusia, donde Lenin necesitó innovar el marxismo con la alianza obrero-campesina.

La vanguardia del proletariado en Rusia se encuentra en mejores condiciones que nosotros porque han sabido mantener las fuerzas revolucionarias de su clase. Ellos son capaces de transformar una guerra internacional en una revolución nacional, incluso transformar la arriesgada intervención militar de la oligarquía de Putin en restaurar el socialismo y porque en Rusia, esa oligarquía es el enemigo principal del pueblo ruso.

Pero en España y en Europa las cosas son muy diferentes. La principal amenaza es el riesgo de nazificación de Europa y el principal enemigo es EEUU. En España no formamos parte de ninguna alianza militar con Rusia y sí de la OTAN. Somos un país ocupado con bases militares y soldados yankis. Nuestro enemigo principal no es el anticomunista Putin ni la oligarquía a la que representa. Nuestro enemigo principal es el imperialismo yanki que tutela nuestros gobiernos y que ordena golpes de estado cuando aparecen gobiernos con cierto grado de autonomía.[6] Son 178 nuestros hijos muertos y otros tantos heridos por las guerras de EEUU y los intereses imperialistas de la UE, ninguno murió por Rusia.

Los españoles, europeos, rusos y pueblos del todo el mundo tenemos un mismo enemigo en común: el imperialismo norteamericano que presenta múltiples formas[7]. Y somos los comunistas de todo el mundo quienes independientemente del desarrollo histórico y de la táctica de alianzas, lo hemos combatido siempre. Primero los combatimos en nuestra guerra patriótica-revolucionaria de 1936. Los nazis alemanes y fascistas italianos nos bombardeaban mientras todas las democracias occidentales callaban o aplicaban una falsa neutralidad que todavía hoy han de explicar ¡y sólo la URSS nos ayudó! Después, en la II Guerra Mundial, fue el pueblo soviético el que liberó a Europa del nazismo desde el primer momento. Los norteamericanos entraron al final, para detener vuestro avance. Y de nuevo, EEUU y Gran Bretaña “se olvidaron” de exportar la democracia a la España de Franco. Desde 2014 es el pueblo ruso del Donbás el que combate el nazismo ¡Y de nuevo! Gran Bretaña, EEUU y todas las democracias occidentales se olvidaron de ellos. Pero no los comunistas del mundo ni el pueblo ruso. Y por eso nosotros estamos con los comunistas y con los pueblos que luchan contra el fascismo.

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Las tareas inmediatas de los comunistas

Por todo lo anterior insistimos una vez más en el llamamiento a todos los destacamentos comunistas para abordar un proceso de clarificación de la línea política para la reconstitución del gran Partido Comunista que necesita nuestra clase y el pueblo. Hoy todavía es pronto, pero mañana quizás sea demasiado tarde para sentarnos en una mesa o nos reuniremos en los patios de las cárceles. La celeridad con que se están desarrollando los acontecimientos y el escenario de crisis, como siempre es aprovechada por el estado burgués para conculcar garantías constitucionales. Hoy son los medios rusos ¿y mañana? No es un secreto que, en países como Rumanía y en la propia Ucrania, los partidos comunistas tienen prohibido postularse electoralmente, la aceleración del proceso de Moldavia a la integración de la UE con un PC rusófilo que gana convocatorias electorales es el escenario perfecto para extender la ilegalización de los comunistas en Europa.

Sintomático de la urgencia de la clarificación política es la diferente posición que manifiestan las organizaciones comunistas respecto a una realidad única. Nos referimos a aquellos que resucitan las que consideramos muy equivocadas consignas equidistantes que se resumen en el tristemente famoso cartel ni yankis ni rusos, que hoy desborda los límites del extinto maoísmo occidental y es secundado bajo nuevas formas como la igualación de Rusia al imperialismo de EEUU, paradójicamente por parte del sector contrario, los “prosoviéticos”.

Cualquier aspecto es discutible, incluso la pertinencia o no de Moscú a limitarse a intervenir en el Donbás. No obstante, en el momento en que Ucrania pierde su soberanía en 2014 a través del golpe de estado euromaidán, la violación de los acuerdos de Minsk, la limpieza étnica sobre las minorías rusas se recrudece ante la pasividad de instituciones internacionales y EE. UU. empuja a tales gobiernos nazificados provocar a Moscú, consideramos que es un aspecto secundario para discutir.

A 30 años de la disolución de la URSS y a la luz de los hechos nadie puede dudar del desastre que significó este acontecimiento para nuestra clase, el socialismo y la seguridad mundial. Para el pueblo soviético no son discutibles los datos de descenso de la actividad industrial, de sus salarios reales con la merma de calidad de vida y eclosión de conflictos multiétnicos como el de la presente crisis. Para el socialismo, su definitivo desmantelamiento imposibilitando cualquier rectificación del revisionismo. Pero el desastre de su desaparición no se circunscribe al espacio post soviético sino a todo el mundo occidental. Desaparecida la URSS la ofensiva económica e ideológica del gran capital aceleró la crisis del movimiento obrero. Ni siquiera el liberalismo esconde que supieron aprovechar el desastre para acelerar el desmantelamiento del “estado del bienestar”. Para la seguridad todavía fue mayor: la Rusia, aliada de Serbia, sumida en el colapso interno fue incapaz de frenar la tragedia humanitaria de Yugoslavia que el imperialismo occidental azuzaba o todas las guerras de Oriente Medio. Animamos a aquellas fuerzas comunistas[8] que aún hoy celebran con entusiasmo el fin de la URSS a que revisen o demuestren las bondades que tuvo tal desgracia.

Pero consideramos igualmente equivocadas aquellas posiciones de otros comunistas[9] que califican por igual a EE. UU. y Rusia de imperialistas. Toda vez que desde la tragedia de la URSS condena al movimiento obrero y a los comunistas al retraimiento frente al avance imparable del gran capital e imperialismo occidental, la cuestión de la Revolución Proletaria Mundial y el carácter de clase de Rusia y China pasan a un segundo plano, siendo el principal, en clave nacional la clarificación de la línea política a partir de la reconstitución de los comunistas mientras en clave internacional lo es defender un sistema de pesos y contrapesos[10] capaz de minimizar el riesgo de guerra mundial y de frenar el avance del imperialismo occidental como está demostrando la alianza de Rusia y China.

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El pueblo español contra la guerra

Nosotros, los trabajadores y las clases populares que engrosamos las filas de quienes van a morir por el interés de un puñado de capitalistas y bajo la dirección de jefes de estados y gobierno que son los primeros en escapar de la batalla, exigimos que nuestro país sea neutral, que proclame la paz y neutralidad en nuestra Constitución que nos lleven a la definitiva salida de la OTAN.

¡Por la paz y la neutralidad de España en la Constitución!

¡OTAN NO, bases fuera!

¡Ni un español a morir por los imperialistas, ni un arma a matar a quienes luchan contra el nazismo!

 

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[1] https://www.telesurtv.net/news/exprimer-ministro-ucrania-revela-plan-otan-atacar-rusia-20220304-0014.html

[2] https://www.asianews.it/noticias-es/Con-la-guerra-en-Ucrania,-Abe-replantea-en-Tokio-las-ojivas-nucleares-55284.html

[3] https://elpais.com/diario/2004/04/23/internacional/1082671211_850215.html

[4] De Stephan Bandera.

[5] https://elpais.com/internacional/2019/02/01/estados_unidos/1549029784_725333.html

[6] https://archivodelatransicion.es/archivo-organizaciones/archivo-organizaciones-la-otan-y-el-23-f

[7] Políticamente la UE, militarmente la OTAN e ideológicamente el nazismo es el recambio del demoliberalismo.

[8] maoísmo occidental.

[9] antiguos prosoviéticos.

[10] A lo largo de la Historia las hegemonías de un solo imperio solo han llevado a guerras y conflictos en el seno de los imperios a la vez que campañas de expansión, conquista y colonización para aliviar las tensiones internas y adquisición de recursos. Cuando Europa ha vivido décadas de paz ha sido siempre con la configuración de un equilibrio de poderes después de escenarios postbélicos: Westfalia 1648, Utrecht 1712, Viena 1814, Yalta/Postdam 1945.