Unión Proletaria

Jueves 30 de abril de 2020

Llueve sobre mojado. Los trabajadores asalariados no hemos recuperado lo que nos arrebató la crisis de 2008 y ya se nos viene encima otra aún mayor. La pandemia del Covid-19 ha empujado a la economía capitalista a una nueva crisis que ya antes se vislumbraba en el horizonte. Desde la anterior, quienes sí recuperaron con creces sus beneficios fueron los mismos banqueros y monopolistas que habíamos rescatado con el dinero de todos los que pagamos impuestos, es decir, a costa de nuestros salarios.

Nos obligan a trabajar sin protección frente a los contagios, poniendo en riesgo nuestra salud y la de toda la población. En ningún momento han consentido parar la producción que no fuera realmente imprescindible para proteger la salud pública.

Asimismo, a los capitalistas les ha faltado tiempo para responder al coronavirus destruyendo sin contemplación millones de empleos, a pesar de que éstos los habían enriquecido enormemente en los últimos años (medio billón de euros anuales de ganancias, sólo en España [1]).

Ni la obligación de trabajar sin protección, ni la destrucción de empleo pueden justificarse por la necesidad de bienes de consumo para la población, ya que hay reservas de sobra para interrumpir la producción social durante meses. Lo que es insaciable es el hambre de beneficios empresariales.

Por esta causa, nos obligan a trabajar sin protección, mientras que prohíben las acciones colectivas de protesta aunque sea mediante caravanas de vehículos u otras modalidades que aseguren la necesaria distancia entre manifestantes.

Este 1º de Mayo, ¡Protejamos al pueblo de la codicia capitalista! ¡No a la restricción de la democracia, sí a la disciplina obrera consciente!

Mucho más grave que el virus es la enfermedad de sobre-acumulación y de sobre-endeudamiento que tienen las economías capitalistas y que, si les dejamos, se llevará por delante muchas más vidas. Para ocultar el crimen que están preparando, los apologistas burgueses desvían la atención del público hacia la emergencia sanitaria y su gestión. Incluso en este aspecto, es evidente que habrían fallecido menos personas si no hubieran privatizado y recortado servicios públicos, ¡precisamente para proporcionar nuevas inversiones rentables al capital sobrante!

Se mire por donde se mire, el modo capitalista de producción es el responsable del sufrimiento que nos causa la epidemia y del que se nos pretende endosar por su crisis económica.

Este 1º de Mayo, ¡La crisis, que la paguen los capitalistas!

En España, y también en algunos otros países, el gobierno ha adoptado medidas a las que califica de «escudo social», para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores damnificados por esta doble crisis. Es un progreso en comparación con la precedente y merece que lo defendamos frente a la derecha reaccionaria que nos quiere dejar morir como ratas. Pero tales ayudas van a financiarse con un mayor endeudamiento que acabaremos pagando los asalariados. Mientras, los patronos seguirán reduciendo su contribución al Estado y a la Seguridad Social con el chantaje de la fuga de capitales o incluso instigando un «golpe de mano» para aupar a otro gobierno más afín a sus intereses.

A este gobierno, lo hemos elegido los trabajadores más conscientes y solidarios. Pero no se pone de parte nuestra frente al egoísmo de los capitalistas, sino que pretende servir y unir a todos, a los explotados con sus explotadores. Por esto, cede a las presiones de la patronal y de la derecha, en lugar de denunciarlas ante el pueblo. Por esto, no prorrogó la «hibernación» de la producción no esencial y, por esto, implora un nuevo Pacto de la Moncloa con quienes lo difaman y un nuevo Plan Marshall con los financieros de la Unión Europea que nos han condenado a una economía de servicios turísticos y que nos negaron los medios de protección frente al Covid-19.

La vía capitalista de competir unos obreros con otros sólo nos empobrece y pone en peligro nuestras vidas. Con menos recursos por habitante y a pesar del acoso imperialista, son los Estados socialistas como China, Cuba, Vietnam, etc., quienes están afrontando la pandemia de la manera más beneficiosa para sus pueblos, además de ayudar al resto de la humanidad, mientras las viejas potencias nos dan la espalda.

Este 1º de Mayo, ¡Unámonos los obreros de todos los países contra la clase capitalista que nos encizaña unos contra otros! ¡Repudiemos el capitalismo y luchemos por el socialismo!

Para esto, los obreros debemos unirnos en un partido político propio. Aunque nuestra resistencia sindical es indispensable, no es suficiente: no debemos seguir dependiendo de los partidos políticos burgueses y pequeñoburgueses que imponen sus intereses sobre los nuestros. Sólo organizados en un partido obrero podremos vencer la dominación corruptora de los capitalistas y reorganizar la sociedad hasta hacer realidad el principio de la solidaridad, del socialismo y del comunismo. Las generaciones que nos precedieron recorrieron un largo trecho de este camino, aunque no pudieron completarlo. Los propagandistas burgueses aprovechan las dificultades y derrotas que hemos sufrido para difamar nuestra causa revolucionaria. No les hagamos caso: su única alternativa real es conducirnos a la miseria, a la guerra fratricida y al fascismo.

Los obreros más conscientes de nuestros intereses como clase social se unieron en el pasado para constituir el Partido Comunista de España. Al corromperse el espíritu revolucionario de éste, estalló en una diversidad de organizaciones que aspiramos a recuperarlo. Pero de tanto velar por la necesaria fidelidad al objetivo revolucionario, hemos relegado la también necesaria unidad de nuestras filas y el modo marxista-leninista de conseguirla:

«La unidad es necesaria para la clase obrera. La unidad sólo puede realizarse mediante una organización única, cuyos acuerdos cumplan concienzuda y voluntariamente todos los obreros conscientes. Discutir el problema, expresar y oír opiniones distintas, conocer el criterio de la mayoría de los marxistas organizados, estampar este criterio en una resolución y cumplir honestamente esa resolución es lo que se llama unidad en todas las partes del mundo y por toda la gente sensata. Y esta unidad es infinitamente valiosa e importante para la clase obrera». («A propósito de la unidad», Lenin).

Este 1º de Mayo, ¡comprometámonos los comunistas a resolver nuestras divergencias y a unirnos hasta reconstituir el Partido revolucionario de la clase obrera!

¡Viva el 1º de Mayo!

¡Viva la lucha de la clase obrera!

Notas

[1] https://www.elsaltodiario.com/laboral/beneficios-empresariales-suben-sueldos-salarios-estancan-2008-2018. También: https://www.publico.es/economia/salarios-devaluacion-salarial-cronifica-ganancias-empresariales-empiezan-superar-sueldos.html