14 de Abril de 2022:
¡Por una república democrática y soberana!
A los trabajadores y los pueblos en general nos esperan tiempos cada vez más duros. El régimen político de España, encabezado por una monarquía, no vela por nosotros sino por los que nos explotan y ahora ponen en riesgo nuestra propia existencia para enriquecerse sin límites. Hace 10 años, pegaron un hachazo a nuestros salarios, pensiones, derechos y servicios públicos para que los ricos salieran todavía más ricos de una crisis financiera que ellos habían provocado. Luego, han seguido profundizando en esta línea con motivo de la pandemia en la que nos hemos dejado la salud y a veces la vida, para que hacer negocios con los ERTE’s, las farmacéuticas, las sociedades médicas privadas, los fondos europeos, etc. Ahora que la inflación desbocada desde hace un año se come nuestros escasos ingresos, culpan de ella a Putin y nos intimidan para que aceptemos una guerra, una carrera de armamentos y unas sanciones a Rusia que agravarán drásticamente nuestra situación, para mayor gloria del amo norteamericano.
La corrupción impune del rey emérito y la Casa Real representa a la perfección la camarilla de oligarcas que mandan en España, en la Unión Europea y en Occidente en general. Censuran las ideas que no les gustan, reprimen a quien se defiende de ellos, hacen todo lo imaginable para controlar lo que sabemos, pensamos y votamos, etc. En definitiva, vacían de todo contenido real la democracia y la soberanía nacional. Para sobrevivir, el pueblo necesita liberarse de este régimen imperialista y tomar su futuro en sus propias manos.
Lo intentó con manifestaciones, huelgas generales, el 15M, las Marchas de la Dignidad y, finalmente, respaldando electoralmente a Podemos, IU y otras formaciones políticas supuestamente progresistas. Pero, a la hora de la verdad, estos representantes han claudicado (igual que lo hicieron el PSOE y el PCE durante la Transición) para contentar a los parásitos que nos chupan la sangre. Sólo luchando contra ellos, será posible acabar con la creciente desigualdad y opresión; hay que concienciar, movilizar y organizar al pueblo para que se constituya en la fuerza que venza en esta lucha de clases. Si no lo hacemos, la oligarquía conseguirá que la demagogia fascista de Vox –su opción más bestia- se haga con las riendas del país y agrave mucho más el desánimo y el sufrimiento de la mayoría.
Los comunistas estamos tardando demasiado en cumplir con nuestra tarea más urgente. La clase obrera necesita que nos juntemos para acordar una plataforma política, unas acciones y una táctica que la ayuden a constituirse en partido político revolucionario capaz de agrupar a las demás clases populares en la conquista de una república democrática y soberana, despejando el camino hacia el socialismo y la verdadera libertad.
.