Enseñanzas de la Revolución
Ponencia de Unión Proletaria expuesta en el acto conmemorativo del 105 aniversario de la Revolución Socialista rusa, organizado en Madrid, el 12 de Noviembre, por el Colectivo Ernesto Ché Guevara y el Colectivo Nueva Semilla, con el título «La Revolución de Octubre y su vigencia».
1º) La revolución bolchevique es el primer ejemplo práctico de que los trabajadores podemos liberarnos de la explotación capitalista.
– Antes de la Revolución, Rusia era un imperio atrasado formado por masas campesinas hambrientas y analfabetas, un naciente capitalismo y un proletariado poco numeroso pero dispuesto a luchar.
– Estalló entonces la Primera Guerra Mundial: los capitalistas de las naciones más poderosas se peleaban por dominar el mundo y atiborraban a sus explotados de prejuicios nacionales para utilizarlos como carne de cañón.
– Finalmente, las masas trabajadoras de Rusia sufrieron tanta muerte y hambre que hicieron caso al partido proletario de los bolcheviques.
– Encabezado por Lenin, este partido se había sacrificado durante largos años para despertar las conciencias y organizar las fuerzas insurreccionales.
– El 25 de Octubre de 1917, triunfó la revolución.
– Enseguida, los imperialistas se unieron para hacerle la guerra al nuevo Poder Obrero y Campesino. El pueblo tuvo que padecer otros 4 años de guerra.
– Pero los imperialistas salieron derrotados.
– Y, entonces, hace ahora 100 años, las naciones en las que había vencido el proletariado revolucionario se unieron para defenderse, formando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
– Soberanamente, emprendieron paso a paso la edificación de la nueva sociedad socialista, en unidad con el proletariado mundial.
– Los obreros y campesinos pudieron demostrarle al mundo que su desempeño económico y social era superior al de los capitalistas: suprimieron las crisis y el desempleo; subían los salarios y bajaban los precios; se erradicó el analfabetismo y los trabajadores estudiaban en las universidades; la educación y la sanidad eran gratuitas; etc.
– Pero la tregua apenas duró 20 años.
– En junio de 1941, el imperialismo encabezado por la Alemania nazi-fascista de Hitler reunió toda la potencia de fuego de Europa contra la Unión Soviética.
– Bajo la sabia y firme dirección bolchevique de Stalin, el pueblo soviético volvió a vencer, demostró la veracidad y solidez de los logros del socialismo, y se recuperó económicamente en tan solo tres años.
– Además, ya era un tercio de la humanidad el que abrazaba la causa del socialismo.
– Los imperialistas se enfurecieron y prepararon otra agresión con las nuevas armas que sólo ellos poseían: las bombas atómicas.
– Pero la URSS frustró estos planes, rompió el monopolio nuclear de los imperialistas y tomó la delantera en la técnica de cohetes, en la conquista del espacio y en el progreso científico y técnico en general.
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2º) Sin embargo, no estamos a mediados del siglo XX. Lo que nos ha tocado vivir a nosotros no es el período del esplendor de la revolución soviética, sino el de su derrumbe. Sabemos que no es una derrota definitiva, sino temporal. Pero precisamente para superar este bache, estamos obligados a comprender sus causas y a tomar medidas para evitarlas en el futuro.
– Los duros golpes del imperialismo.
– Los nuevos burgueses que brotan necesariamente de una sociedad que no ha completado su transformación revolucionaria comunista.
– La insuficiente conciencia de este problema entre los obreros revolucionarios.
– Tras la muerte de Stalin, el XX Congreso del PCUS revisa el marxismo-leninismo y lo adapta a los intereses de los nuevos burgueses.
– El desarrollo económico se frena.
– Se deteriora la conciencia y la moral revolucionarias.
– Florece un nacionalismo que rompe el movimiento comunista internacional y la solidaridad entre países socialistas.
– De entre todos los comunistas que intentaron revertir esta degeneración, destaca Mao Zedong al frente del PC de China. Aportó una explicación materialista, marxista: la lucha de clases continúa bajo el socialismo hasta que desaparezca por completo toda división de la sociedad en clases; la revolución socialista es, por tanto, reversible; para prevenir la restauración del capitalismo, hay que seguir avanzando hacia el comunismo por medio de luchas de clases y revoluciones (a las que llamó “culturales”).
– Pero, ¿dónde se incuban estos nuevos burgueses? En la dirección de las empresas públicas, del Estado y del propio partido comunista.
– Y, ¿cómo surgen? De los restos de las clases explotadoras y sobre todo de la división social del trabajo heredada del capitalismo. Marx y Engels ya habían descubierto que la división del trabajo es la base de la división de la sociedad en clases.
– ¿Qué es necesario para hacer desaparecer la división del trabajo? Y, mientras esto no sea posible, ¿qué debe hacer el proletariado revolucionario para neutralizar sus consecuencias?
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3º) La principal lección, tanto de la victoria como de la posterior derrota de la revolución soviética, es que la clase obrera necesita organizarse en un Partido Comunista que asegure su independencia con respecto a las clases no proletarias.
– Sólo la clase obrera es consecuentemente revolucionaria.
– Si las capas sociales intermedias dirigen al pueblo, no avanzaremos y retrocederemos.
– En síntesis, los más diversos sectores sociales oprimidos sólo conseguirán liberarse de los horrores del capitalismo si se unen al proletariado y bajo su dirección de clase.