El movimiento femenino de mujeres obreras y trabajadoras de la ciudad y el campo en este nuevo siglo XXI, se siente orgulloso de pertenecer al colectivo de mujeres que a lo largo de la historia empujó al poder a la clase obrera (Rusia, en 1917), participó ayudando al triunfo del ejercito rojo contra el fascismo y apoyó la igualdad de derechos ante la ley y ante la vida en la Unión Soviética y en los países socialistas. Ha de estarlo porque salieron y salen a la calle no sólo para reivindicar la igualdad de derechos, también para luchar por su emancipación.
En este 8 de Marzo, una vez más, debe salir a la calle y luchar contra quienes usurpan esas luchas, pasadas y presentes, contra el sistema opresor que, mientras aboga por la igualdad de género, sostiene y aupa la desigualdad social entre mujeres, entre mujeres y hombres, entre jóvenes y entre menores.
¡Contra la explotación y la discriminación laboral! ¡Por la igualdad laboral entre hombres y mujeres!
Son las obreras y trabajadoras, junto a los obreros y trabajadores, quienes levantan y construyen país. Son ellas, las que vendiendo su fuerza de trabajo, desgastando sus energías y su vitalidad, desempeñan su creatividad y producción en empresas del sector servicios, incluidas las de trabajo doméstico y las empresas públicas; en los almacenes o como cajeras y reponedoras, en el campo como jornaleras, recolectando los frutos de la tierra, y como manipuladoras y envasadoras de frutas y verduras; en los centros educativos como maestras, educadoras, especialistas o técnicos así como en hospitales y centros de salud ejerciendo de limpiadoras y celadoras, de auxiliares y enfermeras, etc.; y en la industria y la construcción.
Constituyen una parte de la población trabajadora, creadora de riqueza material e inmaterial, en la que la discriminación por sectores facilita la brecha salarial entre hombres y mujeres pero también entre mujeres de una misma clase, la clase obrera. Son ellas quienes constituyen el mayor número de trabajadores empleados a tiempo parcial (media jornada o por horas). “Actualmente hay más mujeres trabajando en España que nunca, pero 2 de cada 3 de los empleos más precarios son desempeñados por mujeres.”[1].
El salario medio anual según el sexo para contratos temporales, a fecha del 2016 -cuando según los beneficios empresariales obtenidos había una recuperación económica[2]-, era de 15.500€ las mujeres frente a 17.500€ el hombre trabajador. Y en el caso del salario medio para contratos indefinidos, era de 21.000€ las mujeres y 27.600€ los hombres.
Para las mujeres de nacionalidad extranjera, que son una de cada diez en España, la situación empeora sobre todo entre las jornaleras en el campo donde se da un alto porcentaje de economía sumergida, reducción de tiempos de descanso, jornadas eternas y más expuestas a la opresión que establece la esclavitud por ser mujer.
Son las mujeres quienes además de percibir salarios más bajos sufren acoso sexual y/o acoso por razón de sexo y discriminación. Siendo cierto que existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres también lo es que, en el trabajo asalariado, esas diferencias podrían reducirse y evitarse si mejorara el tipo de contratación, sectores y puestos de trabajo desempeñados por mujeres.
Son ellas también, las obreras y trabajadoras, en la ciudad como en el campo, quienes constan como mayor número de trabajadores desempleados: “La brecha en la tasa de paro sigue siendo considerable. Con datos del último trimestre del 2019, la tasa de las mujeres está en el 10,2% y la de los hombres está en 8,12%… Por su parte, la tasa de actividad de las mujeres es del 54,13% frente al 63,29% de los hombres…”[3] Y si nos referimos a la mujer en el campo, la tasa de desempleo “de las mujeres rurales era del 12,3%, lo que sumado a la tasa de inactividad femenina, mostraba que el 50,7% del total de mujeres rurales con edades comprendidas entre los 20 y 65 años no participaba en el mercado laboral, frente al 27,2% en el caso de los hombres”[4].
Todo ello provoca que los ingresos de una mujer por pensiones sean un 38% menos que los de los hombres.
Así pues obreras y trabajadoras sufren directamente las desigualdades laborales con respecto al hombre obrero y trabajador, no siendo éste el culpable sino aquel o aquellos que contratan estableciendo esa desigualdad y que establecen una mayor esclavitud sobre las mujeres. El 8 de Marzo es también un día en que el movimiento femenino de mujeres muestra su apoyo a las luchas de los obreros y trabajadores contra el capital.
Pero si la maternidad, la imposibilidad de conciliar y la falta de tiempo frenan el avance de las mujeres que aspiran a ocupar altos cargos en sus empresas, sus salarios medios brutos anuales rondan los 71.200 € frente a los 82.700 € brutos anuales del hombre. Nada que ver con los salarios de las obreras y trabajadoras cuya incorporación al mercado de trabajo es menor en comparación con la situación de las mujeres que según los datos, a finales del 2019, exponen que el 22% de los consejeros de las empresas del Ibex35 son mujeres[5]; en el poder ejecutivo nacional, es decir, el Consejo de Ministros, las mujeres representaban el 62% de todos los ministros[6] y en cuanto a las mujeres en los parlamentos autonómicos, su participación rondaba el 46,2% en 2019[7].” Así pues, obreras y trabajadoras sufren directamente la desigualdad laboral y social, respecto no sólo al hombre obrero y trabajador, también con respecto al propio colectivo de mujeres que lucha por la igualdad con el hombre.
El movimiento femenino debe luchar * Por el trabajo digno y contra el desempleo;* Contra la discriminación laboral, por el derecho a ser remunerada con igual salario a igual trabajo cuando se realiza en iguales condiciones;* En defensa de la salud, de la salud laboral y durante la maternidad y la lactancia;* Por el derecho a la formación y preparación que le permita realizar trabajos sin discriminación por sexo.
Y, en solidaridad con las mujeres migrantes y contra del imperialismo capitalista, el Día Internacional de la Mujer, el 8 de Marzo, es un día en que el movimiento de mujeres obreras y trabajadoras luchan por la paz y contra las guerras imperialistas que matan y asesinan, reprimen y saquean a otros pueblos donde otras mujeres obreras y trabajadoras y sus hijos, como ellas, además de sufrir por la explotación de sus caciques y capitalistas, han de soportar las miserias y la muerte de una guerra ajena a sus intereses.
¡Por la igualdad social, contra la prostitución! ¡Por la emancipación de la mujer!
El 8 de Marzo, para el movimiento femenino de mujeres también representa la lucha contra la explotación sexual hacia la mujer, sabiendo que hay hombres y menores víctimas de esa explotación; representa la lucha contra la trata de personas y defiende a aquellas que siendo obreras y trabajadoras son además discriminadas por su condición sexual.
El movimiento femenino se manifiesta contra toda manipulación que guíe a niños/as, adolescentes y adultos, a negar la base material biológica de su sexo, fomentando el idealismo y la metafísica que los convierte en victimas de sí mismos y esclavos del imperialismo capitalista. Denuncia que, tras todo ello, están los intereses por conservar la propiedad privada, de apropiarse de lo ajeno, por conservar y aumentar los privilegios sobre los más frágiles, lo que impide y frena la igualdad, la emancipación de la mujer y la emancipación de la humanidad.
Allí, donde por un tiempo se suprimió la propiedad privada y se eliminaron los privilegios económicos, allí fue donde se crearon leyes que igualaron ante la ley a la mujer con el hombre caminando hacia la igualdad ante la vida. Cuando se desarrollaba el socialismo bajo la dictadura del proletariado, cuando el capitalismo se veía obligado a respetar la fuerza y el poder obrero, se despejaba el camino para que también las mujeres del mundo capitalista pudieran avanzar en su lucha y conquistar derechos laborales y sociales que hoy, cuando la clase obrera ha perdido su poder, una buena parte han sido restringidos por las democracias capitalistas y pretenden arrebatárselos.
Por todo ello llamamos * A organizarse en los centros de trabajo a través de los sindicatos para defender sus intereses, junto con sus hermanos los obreros y trabajadores, y expulsar de ellos a quienes usurpan la lucha traicionando los intereses de la clase obrera. * A formarse en la ideología de la clase obrera: el marxismo-leninismo.* A luchar como miembros de la clase obrera contra el capitalismo imperialista, por la eliminación de la propiedad privada que erige en poderosos a grandes empresarios, terratenientes y banqueros; y por la defensa de los intereses de la clase obrera y el pueblo trabajador.
Solo con la eliminación de la propiedad privada, la mujer dejará de ser la esclava del hombre y de la sociedad.
¡Por la emancipación de la mujer!
¡Por la reconstitución del Partido de la clase obrera: el Partido Comunista!
¡Por el socialismo y el comunismo!
¡Viva el movimiento femenino de obreras y trabajadoras!
[1] Mujeres en el mercado de trabajo, mujeres pensionistas y mujeres migrantes en el siglo XXI. Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad social
[2] “Las empresas del selectivo español ganaron 34.170 millones de euros el pasado ejercicio, pero la cifra continúa lejos de los máximos de 54.900 millones registrados en 2007” Publicado el 1 de Marzo 2017 en Cinco Días, El País economía.
[3] Análisis gráfico de la situación de la mujer en el mercado de trabajo. Febrero 2020. Comisiones Obreras de Navarra
[4] Medio Rural: trabajando en femenino. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones Catálogo de Publicaciones de la Administración General del Estado
[5] Las mujeres en España, en datos y gráficos. Datos actualizados el 27 de diciembre de 2019. EPData, datos recogidos por el Instituto de la Mujer y publicados en diversos organismos como el INE, el Ministerio de Empleo o el CIS.
[6] Ídem
[7] Ídem