Cómo debemos luchar realmente por la paz
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1º) Asegurarse de quién es el verdadero agresor
- Hasta 1991: la OTAN alienta, financia y arma a los separatistas hasta conseguir desmembrar a la URSS, en contra la voluntad de sus habitantes expresada en referéndum (también ucranianos).
- 1994-1999: vuelve a intentarlo con los islamistas chechenos y fracasa.
- 1955, 1990, 1991 y 2000: la OTAN confirma su ilegalidad respecto de la Carta de Naciones Unidas y su hostilidad hacia la URSS y Rusia al rechazar la adhesión solicitada por ellas.
- 1999-2022: la OTAN incumple la promesa hecha a la Unión Soviética y se expande hasta las fronteras de Rusia.
- 2004-2014: después de promover “revoluciones de colores”, la OTAN consigue aupar al poder en Ucrania a los nazis anti-rusos.
- 2014-2022: la junta fascista de Kiev
- persigue el idioma ruso (principal para un tercio de la población y mayoritario en el sur y este del país),
- ahoga en sangre las protestas (14 mil muertos),
- prohíbe los sindicatos y partidos de oposición,
- se integra de facto en la OTAN que la dota del segundo ejército convencional más potente de Europa y la convierte en un ariete militar contra Rusia,
- anuncia su intención de instalar armas nucleares,
- incumple los acuerdos de Minsk y pone a punto su ofensiva militar contra los territorios rebeldes del Donbass: Donetsk y Lugansk.
- 24 de febrero de 2022: Rusia se ve forzada por la provocación de la OTAN a reconocer la independencia de estas Repúblicas Populares y, a petición de las mismas, inicia una operación militar especial para defenderlas, desmilitarizando y desnazificando Ucrania. Siguiendo el ejemplo de la Alemania hitleriana que causó 27 millones de víctimas a la URSS, EEUU vuelve a concentrar la fuerza de todo el Occidente contra Rusia a través de Ucrania.
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2º) Averiguar las motivaciones del agresor
El capitalismo de Estados Unidos y sus aliados/vasallos europeos se basa en la explotación del resto del mundo a través de un sistema imperialista internacional que aquellas viejas potencias impusieron después de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de esta ventaja, las contradicciones capitalistas conducen a este sistema a un declive económico inexorable. Ya no les basta con exprimir a sus propios obreros (bajos salarios y altos precios). Ya no les basta con saquear y masacrar las naciones más débiles. Ahora, también necesitan dominar a Rusia y a China, para apropiarse de sus enormes riquezas naturales y humanas. Pero estos países no son antiguas colonias empobrecidas y humilladas, sino grandes potencias agroindustriales, militares y nucleares gracias a las revoluciones socialistas que acometieron durante el siglo XX. Es así como el afán de lucro y dominación de estas fieras imperialistas moribundas está poniendo en peligro la misma supervivencia de la humanidad. ¡Hay que impedírselo!
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3º) Pasar a la acción que nos corresponde
El imperialismo no caerá por sí solo, ni tampoco bastará la lucha de Rusia, China y el tercer mundo por su soberanía. Quienes vivimos en las entrañas de la bestia también tenemos que movilizarnos en defensa de la paz y contra la voracidad guerrera de nuestros capitalistas y gobiernos, verdaderos lobos disfrazados de corderos. Es cierto que estos explotadores del mundo entero tienen muchos medios para reprimirnos, desinformarnos y comprar a líderes obreros traidores. Pero la resistencia que les oponen aquellos países los debilita y, por consiguiente, nos fortalece. Además, somos muchos más que ellos y somos quienes producimos sus riquezas. Sólo tenemos que despertar, recuperar la dignidad, la conciencia y la lucha de clase. Los que ya hemos empezado a hacerlo debemos unirnos y organizarnos para ayudar al resto. Nuestra primera obligación es, por tanto, reconstituir un Partido Comunista con una estrategia firme para la revolución socialista y una táctica flexible para emancipar a las masas de su actual resignación con el reformismo y con los oportunistas. Es lo que propone Unión Proletaria: una Plataforma por la Unidad Obrera (https://www.unionproletaria.com/propuesta-de-plataforma-para-la-unidad-obrera/).
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