Unión Proletaria

Viernes 26 de junio de 2020

Este sábado las dos centrales sindicales mayoritarias convocan manifestaciones y concentraciones para contrarrestar la presión patronal en la negociación de esta crisis. En esta convocatoria llaman a la defensa de los servicios públicos y, a la vez, a un gran pacto de Estado para la reconstrucción social de España, al consenso y la concordia entre los partidos.

Los dirigentes sindicales educados en la dinámica de la colaboración entre clases, vuelven a ocultar sus diferencias entre ellas y a conciliar sus intereses antagónicos. No aceptan otra perspectiva que suscribir un acuerdo lo menos lesivo, dentro de la aparente correlación de fuerzas. No quieren admitir que la correlación de fuerzas real sea otra ni quieren comprobarla mediante una movilización sostenida y creciente, hasta con huelgas generales si fuera preciso.

Las críticas realizadas por los sindicalistas y revolucionarios más impacientes contra la política de conciliación de clases, en la cual se diluyen los intereses de la clase obrera y las capas populares en beneficio de un hipotético interés nacional, son en esencia justas, pero adolecen de ofensa y carácter sectario hacia los millones de trabajadores que, huérfanos de independencia política, huérfanos de Partido Comunista, buscan amparo en los partidos y sindicatos dirigidos por la democracia pequeñoburguesa. Esas capas intermedias que se sitúan entre las dos clases antagónicas, quieren humanizar y democratizar el capitalismo y sus instituciones, a base de teorías formalistas sobre la ética y la razón, sin comprender que los intereses esenciales del amo y del esclavo no se pueden conciliar.

Los mensajes ofensivos y sectarios no generan conciencia política de clase. Pensamos que los comunistas debemos elaborar un mensaje de solidaridad y unidad con esos trabajadores influidos por la democracia pequeñoburguesa para continuar la lucha contra la patronal por encima de lo que lo hacen los líderes en que confían en la actualidad, para poder sacar a la luz que no les representan. En definitiva, para que ganen confianza en sus propias fuerzas y en los marxistas-leninistas.

Para acabar con la orfandad política del proletariado, para que éste no tenga que estar a merced de la política pequeñoburguesa, volvemos a llamar a la unidad marxista-leninista de los comunistas, basada en una estrategia firme y una táctica flexible.

Unión Proletaria